¿Qué es la CPU?

Es la responsable de ejecutar instrucciones y procesos a través del resto de componentes de un dispositivo tecnológico.

Las siglas de CPU se corresponden en inglés con el término «Central Processing Unit». En español es traducido por Unidad Central de Procesamiento.

Otras acepciones conocidas para CPU en informática son procesador o microprocesador y comúnmente se le denomina «cerebro» de un dispositivo.

Dónde hay CPU

La CPU está presente en cualquier sistema de hardware que requiera procesar instrucciones para todos los componentes de un dispositivo.

Por eso encontramos CPU tanto en ordenadores de cualquier tipología, hasta tablets, teléfonos móviles, así como cualquier dispositivo tecnológico.

Funciones de una CPU

La CPU es la responsable de ejecutar instrucciones y procesos a través del resto de componentes de un dispositivo tecnológico.

Por tanto, el procesador es el que se encarga realmente, de que todas las tareas, aplicaciones o programas ejecuten las funciones que tienen vinculadas.

Cómo es la CPU

El modelo clásico de CPU es de pequeño tamaño, con forma cuadrada y con conectores y pines de tipo metálicos.

En los ordenadores portátiles y de sobremesa, este procesador se instala normalmente en la placa base, pero de una forma independiente, para que pueda sustituirse siempre que se desee.

Una CPU básica está formada por un núcleo, también llamado chip, que es el responsable de todas las operaciones digitales asociadas a este desarrollo.

En la actualidad, una CPU puede tener varios chips, lo que ha motivado la denominación de estos procesadores de distinta forma:

  • Dual-Core: CPU con doble núcleo (dos chips).
  • Quad-Core: CPU con 4 núcleos.
  • Octa-Core: CPU con 8 núcleos.

Hoy en día es posible incluso encontrar CPUs con 12 o más núcleos. El número de chips incluidos representa normalmente una mayor capacidad de realizar operaciones al mismo tiempo.

No es vinculante, aunque sí frecuente, que a más núcleos, más rápido y con mayor estabilidad funcione un dispositivo.

Esto se debe a que hay otros factores que inciden en el trabajo que realiza un procesador, como por ejemplo la frecuencia que tiene, marcada en gigahercios (GHz).